viernes, 26 de marzo de 2010

3:34


Desde siempre le he tenido miedo a los temblores, más aun a los terremotos, los relatos de la gente que vivió el de 1985 eran terribles y yo lo único que pedía era nunca pasar por uno y en caso de que me tocara pasar pensé en mil planes para como no sentirlo tan fuerte, como por ejemplo saltar o meterme a la piscina, porque creía que no se sentiría en el agua (aún me pregunto como se siente un terremoto en el agua, claramente no en el mar).Pero en el momento de la verdad, no pensé en absolutamente nada, solo en correr.
El 27 de Febrero a las 3:34 de la mañana, estaba viendo Titanic, no se porque nunca he podido ver esa película completa y pensé que esa iba a ser la oportunidad, pero no…Todo empezó como un suave movimiento y como soy miedosa, salí corriendo de inmediato, al ir bajando las escaleras se intensifico y comencé a gritarle a mi mamá que despertara, que estaba temblando y cuando salí al patio seguía gritando como loca, (creo que mis vecinos despertaron primero por mis gritos que por el terremoto) y luego la cosa se puso fea, era un movimiento tan fuerte que no podía mantenerme en pie, mi mamá llego y abrazadas lo pasamos, derepente mire el cielo y vi una luz que lo ilumino y luego de eso se fue la electricidad, el agua de mi piscina se salía y yo sin zapatos, todo se movía con violencia y pensé que los cables de la luz se cortarían o que los edificios que están atrás de mi casa se caerían, al igual que mi casa, pero gracias a Dios nada de eso paso.
Luego que ya paso el movimiento salimos a la calle a ver a nuestros vecinos, ya que la señora que vive al frente de nosotros tiene a su mamá en cama, y no salió hasta después de 15 minutos, nuestro vecino de al lado es bombero y por su radio nos enteramos que fue un movimiento de 8.8 grados, más fuerte que el de 1985.
De a poco fueron llegando los miembros de la cuadra que estaban carreteando, llenos de nuevos testimonios, también amigas de vecinos que vivían en edificios y no se atrevían a regresar a sus casas, todos estábamos esperando la replica de inmediato.
Yo seguía tiritando y sin poder creer lo que había pasado, mi papá estaba en Algarrobo y no podíamos comunicarnos con el, no sabíamos nada y era desesperante, ya luego de unos 40 minutos nos fuimos a acostar con mi mamá luego de encender un velón, pero esa noche no pude dormir nada.
A la mañana siguiente llego mi papá a las 7 de la mañana después de ir a ver a mi abuelita y mi tío, todos estaban bien, solo podíamos esperar a que llegara la luz y ver que tan terrible había sido.